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Boletín de Prensa No. 583
Quito D. M., 24 de noviembre de 2015

Para una conducción segura, reduzca la velocidad

El Municipio de Quito recuerda a los conductores de vehículos que las precipitaciones de agua lluvia aumentan los riesgos al conducir, ya que convierten al pavimento en resbaladizo y disminuyen la visibilidad, por lo cual se recomienda manejar con extrema precaución y reducir la velocidad.

Es prioritario que la ciudadanía en general: conductores, peatones, ciclistas; como usuarios permanentes de las vías, respeten las señales de tránsito por su seguridad.

Esto significa que es importante darse el tiempo para mirar e interpretar la luz de los semáforos, además de las señalizaciones tanto verticales como horizontales establecidas y configuradas en toda la ciudad y que garantizan una conducción segura. Las señales de tránsito permiten advertir e informar a los usuarios de las vías, determinadas circunstancias que se deben considerar al momento de manejar con responsabilidad.

Para ello, la EPMMOP, recomienda a los conductores tomar en cuenta varias normas a la hora de movilizarse.

Velocidad: La mayor causa de accidentes

Respetar los límites de velocidad establecidos para cada tipo de vía y para cada situación es fundamental. Igual de importante es adecuar esa velocidad genérica, entre otros factores, a las condiciones meteorológicas y de visibilidad o al estado del vehículo o el conductor. Y por último, es conveniente, no olvidar que la velocidad excesiva agrava siempre las consecuencias de los accidentes.

En el Distrito Metropolitano de Quito los límites de velocidad máximos permitidos son: para los vehículos livianos en las vías urbanas 50km/h y en las vías perimetrales 90km/h, y para los vehículos de transporte público y de carga, en las vías urbanas 40km/h y en las vías perimetrales de 70km/h.

La Agencia Nacional de Tránsito y los Gobiernos Autónomos Descentralizados, con una apropiada coordinación, están facultados para establecer límites menores, por razones de prevención y seguridad.
Alcohol: Al volante ni una gota.

El clásico eslogan “Si bebes, no conduzcas” no ha perdido ni una gota de su vigencia. Existe una estrecha relación comprobada, entre su consumo y los accidentes de tránsito. Estudios técnicos demuestran que el alcohol produce un deterioro de la capacidad de conducción, disminuye la atención, altera las funciones visual y auditiva, perturba el campo perceptivo y provoca somnolencia.

Según el sistema SOAT, al referirse a la causalidad de los accidentes de tránsito, se determina que el 62% se debe a la impericia e imprudencia; el 11% por conducir bajo los efectos del alcohol; el 10% por exceso de velocidad; el 9% por invasión del carril; el 7% por irrespeto a la señalización, y el 1% por mal estacionamiento.

Cinturón: Abrocharse es vida.

Es uno de los elementos de seguridad más importantes dentro del vehículo al momento de conducir. Su uso evita la mitad de las muertes en accidentes de tránsito y es obligatorio en todo momento y en todo lugar, tanto en la ciudad como en vías interurbanas. Y no olvide a los niños; su fragilidad dentro del coche es mayor a la de los adultos, aún más si no van ceñidos por el cinturón de seguridad.

Celular: un riesgo al conducir.

Según diversos estudios, el uso del teléfono móvil es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes. Mientras se habla a través del celular, así sean manos libres, se pierde la capacidad de concentración necesaria para conducir: no se mantiene una velocidad constante, la distancia de seguridad no es suficiente con el vehículo que circula delante y el tiempo de reacción inmediata disminuye.

Datos que aportan otros informes apuntan a que “tras minuto y medio de hablar por el móvil (incluso manos libres) el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, el ritmo cardiaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar”. Además, la peligrosidad por el uso inadecuado del mismo puede llegar a ser equiparable a la conducción con exceso de alcohol.

Y, desde luego, solidaridad.

El tránsito es un asunto que nos concierne a todos, donde la solidaridad, la empatía y el respeto hacia los demás son la norma primaria por excelencia. Nuestra educación como ciudadanos también se demuestra al volante: entender que calles y carreteras son lugares comunes, aceptar las peculiaridades de cada cual y disculpar los errores ajenos es fundamental para sumar seguridad y restar víctimas en las cifras de accidentes.

EPMMOP
Obras para vivir mejor.

Last modified on Lunes, 01 Enero 1900 00:00